EL GATO EN EL CESTO DE MIMBRE.

Cuando la saliva viaja por distintas partes
del celeste.

Y lo único que ama es la paella
de sentimiento esmeralda:
garrafones,judías y guisantes.

Hacen el amor en la mandíbula
desfalleciendo
en el útero estomacal.

Cuando con la fiambrera
del arroz de tu madre.

Y luego te esfumas
igual que un botafumeiro con discursos .

Según la teoría de tu testoterona,
la amistad se vuelve un bizcocho
desmembrado
por el café con leche.

Igual que un torrente
recién barrido por el caudal,
frecuentas mensajes de alterne
por las ubres de tu móvil,
ordeñando citas como números primos.

Entonces me vendes,
te olvidas de mi nombre
y calumnias mi sexo con tu lengua de queso.

Silencio en estrofas
y siempre en el sofá eres postrado
un Lazarillo de Tormes.

Te duele la rodilla de pensar tanto
y me compras de nuevo con el morbo:
aritmética indivisible.

Te quiero y ahora monólogos cuelgas,
fuera de línea,
porque existes amigo estepa
antes que hombre
pero deseo al hombre cumbre
pues contigo
basta
llanura.

                     Lluïsa Lladó.

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