CEREZAS Y GUINDAS

Con los brazos
hacia el cielo
pido tu nombre.

Levantados
arriba
como buscando
nube.

Me convertí
en cactus.

Salieron
verdes
ideas
con púas
y en una pecera
la cola
se enredó
entre las algas.

Piernas
crecidas
en el desierto
atraparon
tu silencio
en un sobre
electoral
de esos color sepia.

Añoranza
es la casilla adecuada,
entre tantos candidatos:
Pena,
orgullo,
traición
y ecosistemas.

De noche me llamas
a horas donde los muertos
velan a los vivos,
escuchas mi voz
y harto
guillotinas
la esperanza.

De día
te llamo
y una señora-robot
me cabrea 
sobremanera,
los muertos ahora duermen
y viva vigilia
son mis ojos.

Nos buscamos
y un celular
en el corazón,
la batería.

¿Por qué me habla tu silencio?

¿Y mi  "diga" se deshace radio con codo?

Nos amamos
pero tú en el cementerio
y yo duermo en una sábana.

Con los brazos
colgando
de la rama.

Picotea
y deja florecer
lo que has negado.  Lluïsa Lladó.






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