FRUTTI DI MARE

I


Esa mujer del espejo
de la coqueta de collares de resina
y borlas de terciopelo,
de colorete rosa
y uñas mal pintadas
con mis manos, con mi dedos
con el mismo tamaño 
de niña.

Esa mujer que me mira desde el espejo aliáceo,soy yo con quince años menos.

   II


Dos ninfas correteando
por la arboleda,

ella más inocente
su rueca aún conservaba
más metros de esperanza,

en cambio yo,desdibujada,
era un ovillo de nudos
con poca madeja.

La más joven  
ocultó el trazo labial
con su parca mano,
turbada exclamó:

-Vamos a provocar la furia del Titán
si ve que cruzamos la alambrada.

Yo la más vieja,políglota de Hades,
le esbocé una sonrisa pícara
y le susurré al oído sonrosado.

-¿Ira?,nos propondría un trío y sería el mejor orgasmo de su vida.

Y vaginal mente escalamos el muro
y nos fuimos de putos.

      IV

Dos gotas de agua
bajo el microscopio de un laboratorio:

una salina de mar rojo
la otra de río potable

como dos gotas de aguafuerte.


        V


La mujer del espejo
toma de la muñeca
a su versión de VHS,
la ata con la trenza de sus dedos,

predice la caída en el abismo,

resignada aceptación,

humillada en escala de olores.

Me coge fuerte para no desplomarme,

ella me entiende...

Una cuerda de tela de araña
es muy liviana
para tanto síndrome de abstinencia

y lo respeta,

mientras,  la tarántula me envuelve
en un nicho de pelusas felinas.

Como no ser succionada
delante de la turbina
de un reactor nuclear

y acabar triturada 
por el silencio de sus corderos.



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