TRES GENERADORES.

Recuperar la confianza materna,
eso es la cumbre clara
y el amor de unos hijos, la sangre que vuelve a circular por mis venas.

He vuelto a retomar conversaciones con Vos, madre,
fue ameno como esos pasatiempos en las paradas y en las camas hospitalarias:

Autodefinidos,
crucigramas,
"busque las cinco diferencias",...

Sabed que sentir la ballesta sobre la mesa,
que la cuerda destensada del arpa respira
complacido fotograma de la memez breve de la biografía,

noto como cada músculo irriga
con notas y letras.

Esa es la única que me puede juzgar y perdonar.

Usted, madre.

Nadie, más.

Hablamos de la facilidad de enredarme con mis propias piernas,
de encontrados sentimientos,
parecía que no habían pasado años.

Madre e hija, hijos y mamá,  gracias.

Me llevé un par de reprimendas,
las merecía, pues, omití los avisos,
ay cuanta inconsciencia se esconde detrás de esta impulsiva metralla.

Menuda bronca.

La acepto. Y me quedo con tu sentencia retórica:

¿Un gusano y una manzana?

Y que querías...Hija.






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