Chaleco salvavidas.

En estos casos
chalecos de fieltro
como salvavidas de góndolas
de peladuras de banana.

Morderse las uñas
hasta llegar in extremis
a la yema del origen.

¡Suelta lastre!

Y de repente se inició 
un bombardeo mediático de hormigas,
descargas de vados permanentes
que giran en los motores
de todos los aires acondicionados
que puedan caber
en una caldera,
en los anuncios de la tele
con compresas que hablan 
y palabras menstruales
que hacen daño al corazón.

Si usted, en la travesía platanera
se marea, 
agarre fuerte el chaleco de fieltro,
muerda las uñas
como si fuera el primer beso.

Y por favor
no olvide estirar la cadena,
que lleva mi aro vaginal.

Al fondo de sus rarezas,
mar isotónico,
polvo de stress
y luna ombligo.

Chaleco fieltro
y dedos sin uñas

como el origen de los besos.



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