Lola de Mairena.

La mujer Etna,
habita en un volcán con sus cenizas,
con la lava que petrifica la verdad en su avance.

La mujer montaña en escudo 
con la erupción ante el conformismo
de gases que la ahogan
dentro de un vaso de vidrio.

Antorcha que prende 
y una cicatriz,
que junto donde empieza el origen de las cosas,
preside la angina de sus dolencias,
lejos de la garganta cráter
para ramificar poemas 
in extremis de un teclado que emana
en cada temblor de tierra;
con la costumbre de captar 
el aroma rancio
de una democracia corrupta:

El ocaso de Pompeya.


Lola entra en su cocina
y percibe el azufre
de la mentira y los demonios.

Comentarios

  1. Hola Luisilla, ahora lo he visto, antes me ha sido imposible. Lola de Mairena, casi ná. El "Olorocillo" que percibo en mi cocina debe ser ese que denominas de azufre y de demonios. Pero el volcán está muy apagado, de verdad,como el Etna, dormita, apaciguado. ha conocido temporadas mejores. Un beso.

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  2. Un abrazo grande, Lola tú irradias fuerza magma no estás apagada XD.

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