Acuba.

La hechicera Lucrecia,
con su puro en mano,
lanzó los huesos de pollo
encima de la arena.

Y le relató a la mujer luna:

-Bucanera de sus designios,
ese hombre de báculo pitón,
y gesto de zahorí.

Te llevará a la muerte.

Lo he visto escrito
en la danza ósea crepuscular.

Lo sé mama Lucrecia,
cada día lo leo a través de mi piel.

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