La evidencia antes del despegue. (Bitácora de Málaga)

Ahora que las luces de la ciudad
se vuelven estrellas.

Volar, volar.

Ante las mariposas
que emigran del norte de África
y nadan en el  licor amarindo
de los burdeles.

En el tiempo preparada, en que tú no me creías,
dejé yo la mondadura atrás.

Con los labios grosellas, pero tú, no me creías.

Ahora el abandono transcurre
en una azafata nerviosa
con varices escondidas,
en la bandeja horizonte con un vaso por sol,
y las ganas de un reencuentro para la verdad decir.

La verdad, la verdad
volar vuela
y ha sido cruzando la terminal de Manises
con su pantalón de niño orinado.

Y todos mirando la mentira
de que no sucedía nada.

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