Sin título.

Las misivas son claras
y su tristeza asumo
de notar arrancado el plumaje
de las alas del ángel
tal vez la hora pasó de largo en el tren
y los momentos que ambos residimos
se alquilaron por fotos a la expectación
de un juego que mermó los alientos
de los que nadan sin isla
con los miembros mortecinos
y que ahogan el agua de la sal
hacia la orilla
de oler su soledad prolija
y no poder evitar las lágrimas al leer sus poemas
del balido trabuco a la herida
de la hoz que pule mi garganta
con el veneno soporífero
de las preguntas de si alguna vez amó
más que a su futuro de burgués
y si valió la pena apresurarse en el último momento
a esta vida de calcio
de fugitiva que se cansó de esperarle
detrás del adjetivo.

No puedo evitar llorar cuando leo su poesía.

Ll.Ll.

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