Libertad por ambas alas.

En tonalidad grave, conversa de la unidad del ser o del sarmiento,
de que no somos animales en simbiosis
ni por algún raro gen, o fallo de producción: un gato siamés.
Para nada nos asemejamos en lo físico,
así que, tampoco nos parieron gemelos del mismo útero.

Cuando te cortas el dedo yo no siento la herida.
Cuando  toso, no es tu pecho el que se descompasa
en el jardín de los bronquios.

Pero al dirigir el objetivo,
y macerar todo ese dogma del soltero de oro,
me visto de aire
para comentar la inesperada visita a Valencia.

Y tus ojos se caen
rebotando con el suelo y la nevera,
asumiendo que el trato es por ambos cometidos.

¿Y eso?

Lo único que sabe decir la boca,
porque ni tú te crees la religión propuesta
con sus enmiendas.

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